Las nuevas tecnologías siguen definiendo nuevos comportamientos y abriendo nuevas puertas y posibilidades en los distintos ámbitos; también en el del arte. De hace un tiempo a esta parte, todos nos hemos convertido en grandes generadores de contenido, a través de nuestros dispositivos móviles, fotografías, vídeos, redes sociales… Estamos continuamente creando una ingente cantidad de datos que registran nuestro comportamiento: qué consumimos, cómo lo hacemos, qué aficiones tenemos, qué lugares visitamos y otra infinidad de información.

Todo este amasijo de continua información y datos que fluye a través de las nuevas tecnologías ha conseguido que desde el ámbito académico y científico empiecen a analizar todas estas pautas, ya que el proceso de almacenamiento e interpretación de estos contenidos ya está cambiando la sociedad. De hecho, ante esta fiebre del ‘Big Data’, surge la dicotomía siguiente: ¿esta información sirve para que estemos más controlados y sometidos a precisas campañas de publicidad o espionaje, o por el contrario supone una oportunidad para democratizar más nuestra sociedad?

A pesar de las recientes polémicas por el espionaje de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de EEUU) precisamente por ese alto volumen de datos que generamos, el Big Data también ofrece esa oportunidad de mejorar la sociedad. Por ejemplo, lo que es capaz de ofrecer queda bien reflejado en las funciones que desempeña la Fundación Big Data: “contribuir a un modelo de crecimiento económico sostenible basado en el incremento de la competitividad y la productividad, la promoción de la igualdad social y regional, el diseño para todos y la mejora del bienestar y calidad de vida de los ciudadanos y las organizaciones de España e Hispanoamérica”.

De hecho, en el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona), encontramos este tipo de proyectos, consecuencia directa del beneficio de esta tecnología. Por ejemplo, el Rosetta Project es un disco de que contiene 13.000 páginas de información de más de 1.500 lenguajes humanos. También encontramos proyectos de otros ámbitos del conocimiento en los que el acceso a ingentes cantidades de material los han transformado profundamente.

En cualquier caso, el debate sobre la utilidad y las ventajas e inconvenientes del Big Data está abierto. Y puedes encontrar tu propia respuesta visitando la exposición del CCB, que estará abierta hasta el 26 de octubre.